ENTRE LÍNEAS

"Felicidad, qué bonito nombre tienes..."
La Cabra Mecánica

Hablaba con las comisuras separadas, no las cerraba.
Yo siempre he dicho que cuanta más distancia mejor.
Y lo era, mejor.
Cuando vio dentro de él la facilidad que yo buscaba, las estiró aún más.

También escuchaba sabiendo hacerlo,
como si nunca le hubieran explicado nada,
como si fuera la primera vez, sabía.
Sin ponerse un disfraz ni quitarse de ti.
Y seguía estirando la línea.

Después habló de una cicatriz en su mejilla      [derecha que resultaba imposible de ver...
Tenía los surcos perfectamente simétricos e equivalentes,
y enmedio su sonrisa.
Aquellas mejillas eran la prueba que lo confirmaba:
asesino en serie haciendo de ese gesto su arma más trillada.
Daba igual lo que pensaras de primeras,
no importaba si tenías o no miedo.
Dispara y caes, siempre.

A la quinta seguía sin ser inmune,
nadie se acostumbra a la fortaleza del que es feliz.

Al final se me notó.
Mis ojos no sabían mentir aquella vez,
también iba armada y con ganas de disparar.
Empezó el duelo y quería rendirse
"No me mires así..." Decía.
Llevaba dentro una bomba activada y tenía el gesto de avisar.
Me lo tomé como invitación.

Yo le regalé mi mirada sucia y acabé con su sonrisa irracional.
Con el roce estallé contra su boca por segunda vez
y al él también le pareció un buen momento para reventar,
¿qué hacer sino con tanta munición?

El pacharán subió la temperatura
y con nosotros la de todo el bar.
A ti eso te hacía sentir bien,
a mí me dejaba con ganas de más.

Hubo más, siento el spoiler.
Quién me conoce,
sabe que nunca me quedo con hambre si hay pan.

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