Incómoda

No me mires más sin lavarte la cara
y borrar tanto juicio.

Si estás conmigo,
estás con mi ahora.
Mi ayer no soy yo,
traidor.

Cada día menos uñas, menos pelo,
más café.
Calada.
Deja de repetir mi error
al menos deja de hacerlo por encima de lo que yo lo hago.
En este lado la culpa pesa un quilo más
y yo no tengo tanto brazo.

Si equivocarse es de sabios yo debo ser Einstein.
Lo menos.

Con suerte me ayudará a pensar soluciones contra esta enfermedad que compartimos,
la jodida enfermedad de una mirada que grita "te odio"
y una boca que no consigue decir "ya lo sé".


Soy ahora, ¿a quién quieres hoy?


Lia Versarte