Síndrome de Carrey Williams


Piensas ser el más feliz por reír más y más fuerte.
Yo no te creo y voy a gritar que me siento estafada.
Ahora estás perdido igual que yo,
con la diferencia de que a mí no me entrenaste para buscarte.
No sé seguir tu pista con tanta falsa risa en el techo de tu boca,
en cambio sin esfuerzo te escucho gritar y sé que si no me apresuro lo mejor serán los rasguños.
Tú perdido y yo confusa.

Montaña de un grano de arena no, Himalaya, su nombre propio y al principio querías escalar conmigo.
¿No sabías que habían aludes? Si en tu mundo tienes las tuyas, que la igualan.
Pero tú, las esquivas y te ríes.
Sí, lo vemos todos. Ja ja ja ja dices siempre.
Pero le pregunté hace tiempo a tu mirada,
y como yo ahora hago, te delató.

Cada vez que abres la boca para gritar no sale todo.
La mayor mierda se queda siempre en los bordes
y te corrompe.

Me pasaste tantas veces tu juguete por la cara
que al final no lo quería, lo ansiaba.
Y las cosas se ansían con las uñas que tampoco tengo.
Quería ser como tú y ya no.
Me querías hacer como tú pero ya no podrá ser.
Quédate con tu mierda de falsicidad.
(Qué ya sé que se dice "falsedad" pero la tuya,
es más feliz.)

Ya no podemos más.
Y me voy a reír un rato.

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