Soy un ciervo desconfiado
que huye de todo ruido repentino,
de las sombras,
de lo incierto,
lo dañino.
Sólo hay un humano que lo consigue...
Me suele ver desprotegido.
Y no le temo,
me acerco confiado,
sin sigilo.
Y por obvio que parezca,
todo tiene su motivo:
Sólo él acerco la mano
y esperó sin mirada impaciente,
se quedó en el sitio, tranquilo,
respetándome a mí y mi espacio,
sin presentar ninguna prisa en su camino.
Llegaba, me llamaba y yo elegía.
Él esperaba sin problema,
sucedía noche y día.
Ahora suelo buscarle yo.
Es mi cómplice,
mi hogar,
mi excepción.
-Lia Versarte
que huye de todo ruido repentino,
de las sombras,
de lo incierto,
lo dañino.
Sólo hay un humano que lo consigue...
Me suele ver desprotegido.
Y no le temo,
me acerco confiado,
sin sigilo.
Y por obvio que parezca,
todo tiene su motivo:
Sólo él acerco la mano
y esperó sin mirada impaciente,
se quedó en el sitio, tranquilo,
respetándome a mí y mi espacio,
sin presentar ninguna prisa en su camino.
Llegaba, me llamaba y yo elegía.
Él esperaba sin problema,
sucedía noche y día.
Ahora suelo buscarle yo.
Es mi cómplice,
mi hogar,
mi excepción.
-Lia Versarte
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