JUZGADO DE GUARDIA

Sí. Expongo que un día te observé al dormir
y como no abrías los ojos me permití el lujo de la indiscreción.
Y tras un tiempo olvidé tus muñecas,
tu espalda e incluso tu olor,
aquel que solía abrazarme y tanto me ayudaba a soñar.
¿Pero tu mirada y ese verde inacabable?
Eso,
nunca lo he conseguido olvidar.
Como ese recuerdo de infancia
que siempre avanza contigo,
esa canción que recuerdas la letra sin saber por qué,
como esa prenda de ropa que desconoces de dónde ha salido.
Siempre en mi mente a pesar de mis intentos,
siempre presente
aguantando mis olvidos.
Pero aquel día solo vi la coraza,
las compuertas que les privaban de luz
y yacías en completo silencio,
pintado con sutileza y gran tacto,
comisuras insinuando sonrisa
y un mundo en tus adentros.

Te observé como merece un cuadro,
o incluso como la imagen pausada
de una cámara de vigilancia:
atenta, sin perder detalle ni ganar descanso.
No sé cuantos segundos pasaron,
en mi mundo las miradas van muy caras,
y los segundos tienen un precio inalcanzable,
fue un regalo de la casa
y tú completamente necio.
¡Tenías que despertar!
Entonces me hubiese colado por una de las puertas,
y llegado un día a tus verdades
al cruzar todo tu mar.
Pero estabas dormido
y me limité a volver a mi lado de la cama,
a mi trozo de cielo,
dónde tenía que estar.

Ahora volvería a mirarte sin tener miedo
porque sé que aún buscas mis ojos
sacando lo que también callé.
Porque sé que estando en busca y captura por todos,
ahora has sido débil
y te has entregado sin querer.

Te he interpretado demasiado
y eres un misterio sin resolver,
el caso más abierto del mundo,
la apuesta más fácil de perder.
Y ahora espero no ser culpable
por haberte confesado,
que secuestré a tu mirada
y no la pienso devolver.

-Lia Versarte

Comentaris