ESTRELLAS DE ROCK

Ya la ponías a consciencia,

Maneras de vivir.
Rosendo cantaba nuestra filosofía,
yo ya te veía venir.
Y otros por menos han muerto,
las cosas funcionan así.
Al menos supimos tensar la cuerda
hasta que dejó de resistir.

Empezamos con Guns N' Roses
y acabamos con Red Hot Chili Peppers
entre risas, sin entender por qué.
Escondimos las caricias con cosquillas
y ejercimos de ministros,
recortando las palabras,
que "sobraban", al parecer...
Saltamos con Sarri,
desvariamos con Reno,
bebimos cerveza,
volvimos de nuevo.
Nos dormimos con Kubrick
y su chaqueta metálica,
pecado.
Aprendimos del orfebre,
creando magia sin palabras,
con las manos.

Soñamos en verde, en naranja y en azul,
nos convertimos en expertos del lenguaje no verbal.
Nuestros respectivos equipos
nos empujaban a saludarnos en condiciones,
no se cansaron de animar.
Se rompía la barrera
y éramos personas diferentes, sin disfraz.
Tu pelo bailaba su paso estrella
el mío se moría de envida
y deseaba con ganas
crecer mucho más.

Rompimos la pista con Jail House Rock,
nos salieron admiradores de las esquinas
y nos motivaron a seguir.
Sin parar,
sin parar,
sin parar...
Luego en la calle animaron a seguir
fue cuando me cogiste en brazos  
y empezando tú a correr no dejaba de reír.
Después me sentaste en tus hombros
y así toqué el cielo negro
mientras algunos nos grababan
y nos creían eternos,
sin miedo,
sinceros.

Siempre al mismo nivel
y la balanza se partió.

Fue esa fama que probamos

la que al final nos devoró,
mucho peso en cada extremo,
no supimos ser estrellas de rock.

Nos pudrimos de arrogancia,

la admiración nos corrompió.

Es una gran pena

pero siempre sucede igual,
toda historia con su héroe y su guerrera
y su tendencia de marchar.

—Lia Versarte