BOLERO EN PEKIN (LEJOS.)

El verano y el buen tiempo me saben a montañas con cumbres rosas
que un día llegué a alcanzar,
a perfume de vainilla
entrando por mi nariz sin preguntar,
quedándose para siempre en mi barriga
con las marinosas que tuve aquella primera noche
y las que me devoraron al llegar el día
y despertar las dos sin entender
cómo no nos molestó la compañía.
Nuestra magia empezó
mientras ella dormía.
Tú y yo no aguantábamos más:
nos sobraba la ropa
y nos faltaba melodía.

El sol sabe dulce
y los pájaros no cantan,  gritan,
irradian placer mientras yo no respiro.
Y recuerdo todas aquellas quedadas
que acababan con nuestro retiro
en busca de la piscina en tu jardín
del lugar secreto y tranquilo.
Me sabe a cenas en la playa,
con velas de coco,
canciones, mantel y guitarra.

Me huele a pólvora en el paseo,
a cuerpos bañados por la noche,
a el agua y su roce,
al festival de nuestro deseo.
Huele a dos jóvenes desatadas
con una bandera multicolor
orgullosas de ello,
gritando a todo pulmón.

Nos veo jugando a las cartas
y a mí ganando al Trivial,
haciendo mil apuestas
y sacándote de tus casillas
con tu risa inocente,
con la mía muy maligna,
recibiendo un cariño
que nunca imaginé que existiría.

Ni yo era tuya
ni tu eras mía.
Por eso caí en la trampa de la cama vacía
y escapé por la noche al ver libre la salida.

Ahora solo me quedan los sentidos
y lo agradezco.
Al menos nos oigo y nos veo,
nos toco, nos pruebo,
te espero.


-Lía VersArte

Comentaris