SIN VENIR A CUENTO

Sonaba "Knockin on heaven's door"
y empecé a llorar.
Mi interior recibió cada nota como una bala
y mis lágrimas fueron el manifiesto.
No recuerdo todo por completo
fue un momento incierto.
Surrealista sin dejar de ser comprensible,
no sabía cordinar los llantos con las risas,
cúmulo de sentimientos
y yo feliz de vida
rodeada de gente, sudor y saliva.
No intentaré esconderme 
la culpa no fue de la bebida,
solo fue una simple explosión,
la huida de mi adrenalina.
Notaba el éxito, el triunfo, la realización 
alargaba mi brazo y podía notar su piel.
Pudiendo estar con todos quería estar con él,
y eso me hacía demasiado feliz,
por eso y más no me aguanté.

Hoy nos hemos desvinculado
y le deseo lo mejor.
Yo estoy en la puerta esperando a ella
y recordándonos a nosotros el jueves,
pensando en el festival de la risa, los piques y gilipolleces.
Nos recuerdo huyendo con prisas por estas calles
dejando el restaurante atrás.
Vamos dejando marca por demasiados lugares
y eso no me ayudará a borrar y volver a empezar.
Lo mejor es que mientras viva mil momentos así 
tendré mil historias que escribir. 

-Lía VersArte

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