INCOMPRENDIDA

"Así, sin tapujos,  dime: ¿cuánto tiempo de vida me quedas?
¿tú, quién te has mentido que eres para creerme a mí?
He pasado la noche comiendo pipas por si mañana apareces
para decirme que me saben los labios a arrecife desde el desierto."
Irene X

No dijiste cuánto tiempo te quedabas en mi hotel
y por no decir no dijiste nada,
avanzaste callado entre mis gritos
sin sacar ni un segundo la espada,
teniendo controlada la situación
y eligiendo tú el camino
mientras yo desesperaba.

Al menos sé algo de ti
supongo haber sido afortunada
al desconfiar
y descarada pedir tu DNI.
También sabria llegar a tu guarida
como perra hambrienta
y por desgracia herida
sentada frente a su antiguo domicilio,
aquél que nunca olvida.
Dicen que es un animal extremadamente fiel,
puedes hacerle todo el daño que quieras
e inocente seguirá lamiendo tu piel.
Mi diferencia es que provengo de los lobos
que son lo mismo pero con dientes
sin casa ni codos
porque éstos se desgastan
de tanto arrodillarse
y ya no hay hada madrina posible
que ordene este desastre.

Tú eres lo contrario a lo necesario
eres un capricho
algo que debería ser extraordinario
y yo me empeño entre silencios
a que suceda a diario.
Sólo pido 24 horas
esas que sé que me quieres dar.
Yo prometo llegar desnuda
con una espalda que tatuar
para que llegue la noche sin excusas
en la que te sientas libre de mirar
sin que yo te vea los ojos
y me olvide en un descuido
de mi necesidad de respirar.

Si supieras las victorias que celebra mi piel cada vez que la rozas...
pero ella calla y es así como otorga.
¿Te ofendiste por no sentirte especial?
Las dos te vimos agachar la cabeza
en la barra de su bar.
Deberías ir a la escuela de idiomas
te queda uno que interpretar:
mi mirada siempre te dice ese tipo de cosas
que mi boca se empeña en callar.

-Lía Versarte