PAQUETE

Nunca había notado tan fuerte el viento.
Y pensar que todo ha sido gracias
a haberse acabado el tiempo:
—Tendríamos que haber quedado hace cinco minutos,
con el coche iremos más lentos.
—Sabes ir de paquete?
—Si te digo que sí, miento
—Pues hoy aprendes,  
     yo te enseño.

Bajo las escaleras como una niña llegando a un parque de atracciones.
Luciendo esa sonrisa
vista solo ocasiones.
Empieza el viaje 
y aún no lo creo,
noto el asfalto,
su risa
y mis nervios.
Comienza la aventura,
entramos en la autopista
todo va quedando atrás
menos mi emoción y aquella brisa.
Cada vez más rápido,
cada vez más alto,
casi suelto los brazos
me sentía muy cerca del cielo.
Con mis manos atando su cintura
estaba segura,
no sentía el miedo
solo las intensas ganas 
de no acabar nunca el trayecto.

De pronto cierro los ojos,
una lágrima me cae,
le aprieto con fuerza
y él no se distrae,
sigue con la mirada clavada al frente
mientras la mía busca ver nuestro reflejo
en los coches de la gente.
Estaba orgullosa y con un sueño completado,
Mataró-Barcelona lo llevo gravado.

Espero no olvidar nunca la sensación.
Estaba todo:
él, el viento, la fricción,
la adrenalina, mis nervios y el mar recogiendo la caída del sol.
Gracias por este día,
he sido la mujer más feliz
nunca imaginé que todo esto sucedería
La noche que (por suerte) te vi.

—Lia VersArte

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