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Tengo la suerte de poder soltar aquí mis gritos
y saber que nunca vas a escucharme.
Sé que va ser así siempre, 
que nunca vas a interesarte. 
Demasiado ocupado para descubrirme,
y nunca admitirías buscarme,
pero sé que sueñas conmigo
y que te acuerdas siempre tarde,
que te molesto apareciendo en tu mente
pero en verdad no quieres que pare.
Sé que también te gusta darle tiempo 
que te excita el desearme,
que compartes mi filosofia,
la de alargar muy bien las fases.

No somos indicados
no engañaremos a nadie,
simplemente oscilamos el paraíso 
y conocemos los puntos clave.
Nos deseamos y nuestras miradas desnudan,
nos reímos hasta faltarnos el aire.
Y nada más,
esas son nuestras únicas cualidades
gustarnos a más no poder
sin entrar en cuestiones personales.
Solo tenemos encuentros furtivos
y mil conversaciones banales.

Ahora he conseguido que me busques,
que me envíes tus señales 
que reclames mi presencia
destapando tus verdades. 
¿Quién es más fuerte entonces?
Supongo que no lo sabes
yo creo que no va con nosotros
nos conocemos mínimamente 
y hemos intercambiado intimidades.
Nadie va detrás de nadie
nuestras ganas fueron siempre iguales,
compartimos noches, besos, saliva y cama pero sobretodo necesidades.
Nuestros polvos de estrellas no son celestiales,
no brillan notoriamente
pero nos resultan elementales,
dan calor a nuestro universo
y nos hacen sentir especiales.
Porque eso es lo que somos
cada uno a su manera
con sus manías y proezas,
con sus pros y con sus contras
pero eso son ya otros detalles.

-Lía VersArte