MI LLAMADA

Mientras ella llama y me explica sus logros
yo me desplomo.
Y yo sonrío y sigo adelante
a un psicólogo es difícil ayudarle.
Querría aprender a dejar atrás la trascendencia,
a guardar las formas
a ganar decencia.

Pero de momento pienso en la risa dorada,
pongo fe en las miradas
confío en las conversaciones sagradas
y doy por alto mis cagadas.
La intención todo ciega, ¿verdad?
El fin justifica los medios,
todo así,
maquiavélico.

El mañana es lo de menos,
ella me ha dicho que valore lo bueno.

Dejémosle el papel principal a la suerte,
vivamos sin tenerle miedo a la muerte.

—Vers[Arte]