Recogida de muebles



Lejos de casa siempre es más fácil conocer.

La distancia proporciona curiosidad,

cuando la jaula se abre empiezas tu verdad

y algunas pocas veces,

dejándote llevar,

incluso puedes llegarte a enamorar.


Estaba encerrada en un armario sin fondo,

presionada por todas esas prendas de ropa

que guardamos con el "por si a caso",

sabiendo que seguirán el mismo proceso

que los objetos perdidos del colegio

y coincidirán en su destino: la basura.

Ahí me encontraba yo,

atrapada y enredada

entre pañuelos y cinturones.

Y el momento de escapar

se da en este tipo de ocasiones.


Viaje a un punto preciso de Ávila

sin saber qué se me vendría encima,

desconociendo el laberinto en el cual me metía,

ignorando esas ansias que llevaba a mis espaldas,

como aquél preso que vuelve a ver la luz del día.

La terapia de choque es peligrosa,

nunca salen bien los "o todo o nada"

y tuve que darme cuenta sola.


Apareció como Arqueonte con su barca,

remando hacia el infierno,

conduciendo mi alma desorbitada.

Solo sabía que le quería seguir eternamente

ignorando su efimeridad.

Todo aquello que su llegada planteaba

tenía la durada de una semana.


Mis dudas e inseguridades me llevaron a esperar

y, así,

fui como la niña que el día antes al examen

decide estudiar,

me encontré con un reloj

y una cuenta atrás.

La duda era qué hacer con el armario,

Barcelona era volver a caer

y esa salvación color oro

suponía romperlo todo,

deshacerme del mueble

dejarlo en la calle para su recogida un jueves

y llevar toda la ropa,

pañuelos y cinturones

a una entre todas esas organizaciones

las cuales nadie conoce las reales intenciones.


La idea atraía como la musa

pero no había valor, aún no,

y vino tarde,

pero aun así me liberó.


¿Que no fue demasiado fuerte?

¿No fue demasiado intenso?

Juro que se quedó a un milímetro

de conocer nuestro primer beso.

Pero las cadenas,

ancladas en mi ciudad natal,

estiraron y me dejaron

sin su miel en mis labios,

con su nombre en mi mente escrito en tinta permanente

y,

actualmente,

con remordimientos varios.


Amor a primera mirada,

a velocidad de calada,

a distancia calculada:

624KM


—Vers[Arte]

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