Creía tener todas las de perder,
me habían repartido mal las cartas
y olvidé meterme el as en la manga.
¡Quien no arriesga no gana!
Me tentaron,
quien no arriesga
no
gana.
Me iniciaron.
Y así,
la niña que justo daba sus primeros pasos
seguía, una vez más,
ignorando la posibilidad de caída,
ella ignoraba todo cuanto no quería.
La idea de triunfar
empujaba su cuerpo suavemente para así avanzar
y se creyó con fuerzas para luchar,
para ganar.
Incluso pensó
que declararía la guerra sin más,
sin armas,
porque tenía suficiente con su encanto,
y la capacidad de dominar el arte de sus palabras.
Pensó,
sin más,
que ella era capaz.
Teniendo un imperio a mi servicio
decidí desmontarlo
y comenzar colocando
un ladrillo sobre el asfalto.
Aquella dama por la cual luché
contra mi propia persona y mis miles de dudas
iba a ser eliminada de la partida
entrando así una nueva musa tras su salida.
¡Qué díficil resulta llegar a un cruce
y saber que hay un camino que tienes que abandonar
para poder continuar,
para poder avanzar...!
Agradezco las facilidades que me brindó,
tras mi propia aclaración
iba a ir a por todas,
iba a invertirlo todo en un casino
y a apostar todas mis fichas en ella,
en nosotras.
Funciono al 100%,
no conozco otra forma.
No fue aburrimiento
no existió discusión
y al acabar la canción
se bajo el telón,
finalizó la actuación.
Toda aquella situación
reducida a una fuerza mayor.
Apareció,
sin más,
sin menos
y yo,
con experiencia en ser novata
me creía maestra de amor,
aparentaba una seguridad
que tras las paredes
aguardaba mis incontables temores provocados por sus redes.
Pero tenía que parecer segura,
¿Cómo sino iba a convencer a mi musa
que en mi corta estatura
se encontraba realmente alguien a su altura?
Demostrando soltura,
se esconderían mis dudas.
Y ahora le explico que tuve suerte
y ella me rectifica con un "tuvimos",
en plural,
que suena mejor
y refleja una historia iniciada con un "adiós",
continuada con una planta creciente
y en proceso de ver nacer una flor.
Eso hice yo,
desmontar lo establecido,
demoler mi piso bien construido
para montarnos una cutre cabaña
entre las dos.
Lo confirmo:
eso
hice
yo.
—Vers[Arte]
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