Se lo dije tarde,
se lo dije mal,
se lo dije rápido:
no va a pasar nada.
Y después de esperar,
las incongruencias de la vida
nos juntaron manteniendo distancia.
No va a pasar nada.
No va a pasar nada de la raya.
No va a pasar nada de la raya del abrazo.
Hacía tiempo que me había reconducido
y ella no lo sabía.
Sin saberlo le mentía,
ocultando partes de verdad,
descuidando mi anterior persona
y su realidad.
Su inocencia de cervatilla
me asustaba,
cómo a ella el cazador,
cómo la bala a su piel.
Y no lo sabía.
Iba a volver a verla,
por segunda vez,
iba a ser y fue,
un hola con disfraz de adiós,
Y por ello me doté de todo lo lo posible
para mantener mi visión mientras cantase.
Ella no arrastraría mi cuerpo
hacia las profundidades.
Fuiste efímera,
mosca,
abeja,
artemia,
mariposa,
zarigüeya,
libélula.
Y fuiste
un Kleenex aroma limón,
una tirita sin dibujos,
una cuchilla barata,
dos cuadrados de papel de váter.
Todo de corta vida,
todo de usar y tirar.
Y os digo...
Que
No le guardo odio,
al contrario,
no le deseo lo peor,
no lo hago.
Sólo pasó...
Cuando una rueda se desvía,
cambia la dirección.
No puedes seguir,
por muchos intentos que hagas,
no hay ningún premio,
el Rasca de la Once
nos engaña.
Y no me andé con rodeos,
me van más los triángulos.
Y finalmente me decidí,
le regalé un viaje
y,
en principio,
con final
sin retorno.
Espero que acepten más personas
en la mierda,
la originalidad no está de moda como ella,
destino vacacional por excelencia.
Irónico,
mi mano me ha enseñado
que no existe diferencia
entre un hola
y un adiós.
—Vers[Arte]
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada