No sé cómo lo hicimos,
la cosa es que pasó.
Y no sé por qué pasó,
la cosa es que me gustó.
Tiempo escaso y una ventana abierta
llena de curiosidades e inquietudes.
Dudas que desembocaban en miedos
y dilemas, de los cuales no quería salir,
hacían de mi abrigo.
Mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad
y la luz les asustaba.
Tu eras pura luz.
La luz más oscura que me había iluminado jamás.
Y mis ojos se enamoraron de esa contradicción.
Un luminoso eclipse
que actuaba directamente
sobre mis sentimientos menos explorados.
Nunca me llegué a creer los primeros pasos
y aún no lo hago.
Creía en el destino
y a partir de ti,
también en los milagros.
Si estos no existen, que alguien me explique
cómo ha pasado todo esto.
La suerte se despertó una mañana en mi cama.
Mi sorpresa fue abrir los ojos
y notar cómo esta me abrazaba.
Las olas de sus manos
acariciaban la costa de mi espalda.
Y el lobo mirando la luna no aullaba,
la maravilla estaba en el silencio
y este le había callado.
Me gusta callar
pero solo si ellos se ocupan.
Me gusta enfadarme
pero solo si dura dos segundos
y la oferta incluye tu risa.
Me gusta que me pellizques
y que así me hagas ver
que contigo el sueño es realidad
y la realidad es sueño.
- Vers [Arte]
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