Que cuando callo
hay tanto ruido en mi cabeza
que ni me escucho.
Y cuando tú me callas,
devuelves mis palabras
al fondo de mi conocedor silencio.
Así que,
cuando no tenga nada que decir,
esperaré a tenerte cerca
para que me recuerdes
que cuando no hay nada que decir,
no se habla
y solo se siente.
Y callarás mi ruido,
y crearás de nuevo,
y matarás lo estridente
y surgirá el sonido:
música excelente
que nazca de la distancia
entre mis labios
y tus dientes.
—Vers [Arte]
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